El Oficio de Semana Santa de Tomás Luis de Victoria, publicado en 1585 en Roma, contiene todos los textos para la liturgia de Semana Santa, desde el Domingo de Ramos al Sábado Santo, e incluye un total de treinta y siete piezas entre las que se encuentran las nueve Lecciones de Lamentaciones del profeta Jeremías y los dieciocho Responsorios de Tinieblas.

El ritual católico divide los Responsorios de Tinieblas en tres días que se corresponden al Jueves Santo (Feria V, In Coena Domini), Viernes Santo (Feria VI, In Parasceve) y Sábado Santo (Sabbato Sancto), días conocidos en el ritual como Triduum Sacrum. Las composiciones destinadas para estos días se cantaban en los primeros albores del día, cuando aún la oscuridad o las tinieblas (tenebrae) invadían las grandes naves de las catedrales.

En este concierto se presentan las Lamentaciones y Responsorios para el Jueves Santo. La interpretación de las piezas se realiza agrupándolas en tres nocturnos. En el primer nocturno se entonan tres Lamentaciones que evocan la destrucción de Jerusalén, obras en las que se alterna el canto melismático y extático de las letras del alfabeto hebreo con la narración discursiva de la catástrofe.  Posteriormente, en el segundo y tercer nocturnos se cantan los seis Responsorios de Jueves Santo. En ellos Victoria usa un estilo caracterizado por una perfecta adaptación entre música y texto, por el uso retórico de las disonancias y por una tensión dramática tal que sitúa estas obras como uno de los monumentos musicales de mayor originalidad del Renacimiento.