La primera fase corresponde a los cinco primeros tramos (cuatro crujías más el altar) de la iglesia y la sacristía. Esta primera construcción se realizó con el material de la época, una fábrica de ladrillos cogidos con mortero de cal. Asimismo se puede observar en la bóveda y la cubierta las técnicas habitualmente utilizadas a finales del siglo XIX.

La segunda fase corresponde a la construcción de los colaterales y del atrio de acceso. Esta intervención se ha visto ampliamente modificada a posteriori y parte de su decoración sigue presente por encima de las actuales bóvedas colaterales.

Supone la de la ampliación definitiva y la realización del edificio tal y como lo conocemos en la actualidad. La construcción es, de nuevo, conforme a las costumbres de la época: se introducen materiales como el cemento o el hormigón armado, así como cerchas metálicas en la cubierta.