El órgano centenario se empieza a instalar de nuevo tras cinco meses de trabajos
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Los trabajos de montaje de las piezas restauradas se desarrollarán en dos fases.
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La maestra organera Olivia Desmottes nos explica algunas de las intervenciones artesanales realizadas sobre el instrumento.
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El órgano, fabricado en 1921 por Pedro Palop, volverá a estar en uso a mediados de otoño.
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La recuperación del órgano forma parte de la segunda fase de restauración de la Iglesia Jesuitas Valencia, en la que también se están interviniendo las vidrieras.
El órgano centenario de la Iglesia Jesuitas Valencia ha empezado a ser montado de nuevo después de casi cinco meses desde el inicio de los trabajos de restauración. El instrumento musical fabricado por el maestro organero Pedro Palop en 1921 se desmontó prácticamente en su totalidad. Ahora, cada una de las piezas restauradas van ocupando su lugar, poco a poco, para que podamos disfrutar de su maravilloso sonido a mediados de otoño.
El pasado mes de enero de 2023 los diferentes elementos del instrumento se trasladaron hasta la localidad conquense de Landete, donde se encuentra el taller de organería de Frédéric Desmottes. Es precisamente Olivia, hija del afamado organero, la responsable directa de supervisar las diferentes etapas de recuperación del órgano del templo de los jesuitas en Valencia. Después de un minucioso trabajo en el taller, ha llegado el momento de volver a instalar parte de las piezas recuperadas, en una primera fase de instalación que empezó hace algunas semanas.
Para comprender las diferentes partes del órgano sobre las que se ha trabajado, hay que conocer un poco el funcionamiento del instrumento. El sonido se consigue insuflando aire en los tubos por medio de fuelles. “El órgano es un instrumento de viento en el que se crea el aire a través de un ventilador muy simple”, explica Olivia Desmottes. El aire del fuelle entra en una caja, llamada secreto, que está llena de válvulas y canales, sobre la que se apoyan los tubos. De esta manera, “los secretos són una parte básica puesto que reciben el aire y albergan los tubos”.
Estos secretos mantienen el aire “a una presión controlada constantemente” y en el momento en el que se acciona una tecla “se producen una serie de movimientos mecánicos” que permiten a ese aire pasar a un canal determinado, sobre el que se sitúan los tubos: “Al abrir la válvula correspondiente, el aire que fluye hace sonar el tubo”, comenta Olivia.
Desmontaje de fuelles y cambio de pieles de forma artesanal
La maestra organera nos cuenta que durante los cinco meses de trabajos “se desmontaron todos los fuelles de registros y los secretos neumáticos, para limpiarlos y cambiar las pieles o las membranas”. En el caso de los fuelles, se hace necesario, por un lado, pintarlos debido a su porosidad. Además, es imprescindible sustituir las pieles “puesto que se desgastan bastante por el movimiento”. También “se han preparado nuevas tetinas para los secretos”, unas tetinas que se realizan de forma individualizada y absolutamente artesanal. La sustitución de todas estas partes orgánicas del instrumento supone uno de los procesos más delicados.
Explica Olivia Desmottes que la piel que se utiliza es de cordero “especialmente preparada para organería”, puesto que está tratada sin cromo y sin productos químicos. La idea es que sea una piel “lo más natural posible”, para que cuando se mezcle con diferentes colas no produzca ningún tipo de reacción y dure “el máximo tiempo posible”. Este material de cordero se compra en piezas enteras y se recorta en función de las características del elemento que se va a sustituir. “Hay piezas en las que se necesitan pieles más espesas, a otras le van un tipo de piel con más pelo… Cada pieza que restauras te pide una cosa u otra”, señala Olivia.
En la actual fase de montaje se están volviendo a instalar todas las partes renovadas “y vamos comprobando poco a poco que toda la parte mecánica funciona correctamente”. Se trata de un trabajo minucioso que representa estar atenta al más mínimo detalle.
Otra de las renovaciones importantes se ha realizado en la consola del órgano, nos cuenta la organera. La instalada por el maestro Palop en 1921 es de origen alemán y sobre ella “se han restaurado los dos teclados y se ha vuelto a conectar toda la mecánica”.
Antes de las vacaciones estivales se dejarán preparados los elementos mecánicos del instrumento y se pondrán los tubos de madera más grandes, que han sido restaurados en el taller de organería. También se han recuperado allí los tubos de metal, pero de momento no se han trasladado hasta la Iglesia Jesuitas Valencia: su montaje se acometerá después del verano, durante la segunda fase de los trabajos de montaje. El instrumento tiene un total de 788 tubos de madera, zinc y estaño.