Rehabilitación de la cubierta

Aunque aparentemente la cubierta está bien, la realidad es que sufre numerosas filtraciones de agua que agravan la pérdida pictórica de la bóveda del interior de la iglesia. Este fue uno de los aspectos más importantes para que las obras de la cubierta se incluyeran en esta fase de urgencia.

Las filtraciones se deben al deterioro de las tejas y sobre todo a su colocación. Con el paso del tiempo muchas de las tejas que forman las canales se han fisurado o agrietado, a ello hay que añadir que el solape entre ellas es muy deficiente al estar las canales muy separadas, las cobijas apenas solapan con estas lo que provoca que cualquier movimiento de las tejas o cuando llueve con algo de viento el agua encuentre fácilmente una vía para entrar en el edificio.

Las cerchas presentan buen estado, tanto las de madera como las metálicas, pero no es el caso de las correas que tienen como principal patología las termitas que han dañado algunas zonas totalmente y que por tanto, requieren de la sustitución de las mismas.

“Lo importante de esta obra es que el agua no penetre al interior, la evacuación es fundamental” ha explicado el Aparejador, Julio Sánchez. Por consiguiente, se ha de procurar que la pendiente de la cubierta varíe lo mínimo en el alero respecto del faldón y se van a colocar los ríos más juntos para que las tejas solapen adecuadamente.

Aunque afortunadamente el buen tiempo se ha instalado en Valencia aún en estas fechas, la empresa encargada de los trabajos de restauración, Construcciones Nebot Adelantado, ha elaborado unas lonas resistentes al agua que se colocan cada día en la zona donde se trabaja y que permiten en caso de lluvia que esta no penetre. Para ello se está trabajando por tramos de 5 en 5 metros que permiten una correcta ejecución de las obras en la cubierta y que garantizan que ante posibles inclemencias meteorológicas todo este resguardado.